Preston Thomas Tucker fue un visionario genial y al mismo tiempo ingenuo. Creyó que su proyecto de coche revolucionario bastaría para construir una empresa, pero dio cara contra un muro de dificultades e intrigas armado por los tres grandes fabricantes de la época, que veían en él una amenaza futura.
El Tucker Torpedo fue un proyecto de 1946 y jamás pasó de una maqueta 1: 8. Evolucionando de esa primera idea surgiría el Tucker '48, original y revolucionario que tuvo el nombre Torpedo retirado para no recordar el período de guerra aún tan reciente.
Su proyecto preveía frenos a disco, ruedas de aluminio, columna de dirección ajustable, puertas entrando en el techo para facilitar el acceso, suspensión independiente en las cuatro ruedas, vidrios frontales laminados y que se proyecta hacia fuera del coche en caso de un golpe, interior acolchado, había un retroceso en el panel frontal frente al asiento del pasajero, tenía un "santo-antônio" y una célula de supervivencia integrados a la estructura del coche, el faro extra central era móvil y acompañaba la dirección de las ruedas ayudando a que iluminaba las curvas de la carretera, Tucker quería cinturones de seguridad pero fue desalentado por su equipo pues la noción general de la época es que sólo los autos no seguros tenían cinturones.
Su formato de barco en el cuerpo del coche no era sólo un capricho de diseño, Tucker había investigado y descubrió que la mayoría de los accidentes en la época envolvían colisiones en ángulo y ese formato ayudaba a su vehículo a absorber protegiendo a sus ocupantes.
El motor sería un plano de 9,6 litros con cámaras de combustión hemisféricas e inyección mecánica de combustible, pero debido a los innumerables problemas enfrentados por una empresa con muy poco capital y peleando con las grandes del mercado, tuvo que ser sustituido por otro flat-six de helicóptero, más modesto con sus 5,5 litros pero que era extremadamente resistente.
Tucker consiguió fabricar poco más de 50 coches antes de cerrar las puertas, entre ellos el de número 1035 que fue exportado a Brasil y aquí está hasta hoy. Desafortunadamente fue muy mal tratado durante estos años y hoy es sólo una carcasa que solicita restauración sobre un chasis de otro coche, su motor original se detuvo en un barco de competición, dicen.
Debido a una serie de procesos, difamación y un bloqueo por parte de los proveedores de material que tenían alguna conexión con las tres grandes de la industria automotriz estadounidense, Preston acabó viniendo a Brasil para intentar un nuevo proyecto, el Carioca, una versión deportiva del Tucker '48.
Pero eso es historia para otra hora, recomiendo la lectura de dos materias de Dalmo Hernandes y Leonardo Contesini para el sitio flatout sobre el Tucker y el Carioca. Fue donde me dieron la mayor parte de la información en este post.
En cuanto a la miniatura, competente pero con las mismas fallas que Yat Ming presenta en otros modelos, limpiadores de parabrisas "impresos" en el vidrio y ausencia de alguna pintura en los detalles.
Até mais!
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